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Una ruta por Ruente

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 A pesar el mal tiempo que se ha estacionado en Cantabria, hoy quiero informar sobre una actividad muy verde y que puede realizarse  cuando el buen tiempo vuelva  a Cantabria. Se trata de una ruta de senderismo sencilla, con buenas vistas y que visita a 3 árboles singulares. El recorrido se halla cerca de Ruente y el tiempo para realizarse es de 3 horas sin grandes desniveles, ruta que la hace ideal para realizarla en familia o con niños.

Nada más pasar el pueblo de Ruente, poco más allá del kilómetro 46 encontramos una pista a la derecha, que allí mismo cruza el río Saja y avanza hacia el oeste, más que pista carretera, ya que tiene el firme de asfalto durante algo más de un kilómetro. Otro puente nos pasa sobre le Arroyo de Monteá, tras el cual ignoramos un desvío a la derecha.

Pronto llegamos a una zona de prados y una nave para ganado donde acaba el asfalto; hay que seguir la ruta principal, la cual cruza el río varias veces. En unos tres cuartos de hora llegamos a una pronunciada curva a la derecha (dejando otra pista a la izquierda), en la que propiamente empieza el ascenso a través del monte. Según algunos estudios el extraño nombre de este bosque tiene origen celta y viene a significar algo así como Monte del Agua. Seguimos subiendo hasta dar, al cabo de una hora, con una curva más, a la izquierda; un cartel nos indica la dirección en la que se encuentran tres árboles legendarios cada uno con su nombre: Mellizo, Cubilón y Belen; una senda nos acerca a estos tres robles hoy ya tumbados en el suelo.

A partir de aquí, la pista hace una subida larga pero muy suave; así llegamos, tras una hora y media de caminata, al Collado de Monteá, en la otra vertiente, la que da al río Nansa, numerosos invernales salpican la ladera y, abajo, se divisa el barrio de San Pedro, inmediato al pueblo de Carmona. Hacia el oeste se disfruta de una bella panorámica de la Sierra de Peña Sagra.

Desde el Collado de Monteá seguimos hacia la izquierda la pista principal por la que hemos llegado. Pronto dejamos un desvío a la izquierda y seguimos adelante hasta llegar a un encrucijada en la que elegimos el ramal de la izquierda; antes conviene subir un poco hacia la derecha y asomarse al otro lado de la cuesta: por encima de un pinar encontramos una bonita vista de los pueblos de Barcenillas, Lamiña y otros, así como buena parte del valle.

Bajamos pues por la pista que hemos elegido, con buenas vistas sobre la ladera de Monteá, y ya sin pérdida descendemos hasta la pista principal que viene por el fondo del valle. Siguiéndola hacia la derecha llegamos al punto de partida tras algo más de tres horas de marcha.

Fuente: Ayto. de Ruente

Video: gregoriofrechoso

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